Bulgakov es uno de los escritores rusos más conocidos del
siglo XX, y sin duda buena parte de la fama la tiene por esta obra.
La novela tiene una trama principal situada en la época
contemporánea del autor, la Rusia de los años 30, y una subtrama que habla de
los tiempos de Jesucristo.
Esta es una obra de protesta contra el sistema soviético y
el stalinismo más despiadado disfrazada de novela de fantasía. Muy hábilmente,
el autor nos proporciona una serie de situaciones rocambolescas y cómicas que
nos hacen reír y al mismo tiempo reflexionar sobre la realidad social de la
época en que fue escrita.
Aunque es una obra de lectura fácil, el verdadero
significado de sus paginas dista mucho de ser comprendido a la primera. Es
necesario un buen conocimiento de la época en que fue escrita y una cierta
perspectiva histórica para comprender todas las sutilezas que de ella emanan.
Se pueden extraer varias conclusiones: en primer lugar, una
protesta total de el totalitarismo y el inmovilismo burocrático del stalinismo
(en muchas situaciones de la novela se puede ver la ingenuidad de los
funcionarios soviéticos, su falta de iniciativa y su conformismo); la falsa
apariencia de modernidad de la sociedad comunista que se basa en el progreso
tecnológico y científico y que choca frontalmente con el espiritualismo ruso
(los sucesos de la novela son tan inexplicables desde el punto de vista de la
razón que solo alguien espiritual puede comprenderlos, dando a entender que el
comunismo no ha podido cambiar el ADN de la nación rusa basado en el fervor
religioso y el misticismo) y el poder del amor y de la verdad, los cuales
acaban triunfado (aunque de forma bastante curiosa).
Serán necesarias varias lecturas para llegar a comprenderla en su totalidad.
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